
•Talamontes, acaban con los bosques del Valle de Bravo
•Turbadora omisión de Probosque y Semarnat, alerta el Doctor en Derecho,
Miguel Arroyo Ramírez
La omisión, en derecho, es una conducta que consiste en la
abstención de una actuación que constituye un deber legal. Cumpliéndose los
requisitos legales, la omisión puede constituir un delito, cuasidelito o una
falta.
En el marco de esa filosofía, y como un precursor en la
defensa de los derechos humanos y la ecología, el presidente de la Federación
de la Abogacía Liberal y experto en temas de derecho, el Doctor Miguel Arroyo
Ramírez urgió al Gobierno del Estado de México, a asumir su responsabilidad
histórica para salvaguardar uno de los extraordinarios pulmones naturales y
existentes en el Valle de México.
Es el control bilógico que si bien de algún modo debe
desplegarse para garantizar el extremo cuidado a todo el círculo de las Áreas
Naturales Protegidas del Estado de México, que han sido afectadas en gran
medida por actividades inhumanas, se debe fortalecer la protección y
restauración para mantener los beneficios ambientales y sociales que deben
consolidar para el desarrollo de la población.
Entre los beneficios ambientales destaca la captación de
agua pluvial, producción de oxígeno, retención de contaminantes como el
carbono, retención de suelo, mitigación de los efectos del cambio climático y
la protección de la biodiversidad, entre otros.
Y entre los
beneficios sociales, redunda la promoción de la recreación, turismo y
belleza escénica, contribución a la salud física y mental, inspiración de los
valores culturales y espirituales, fomento del deporte, aportación de espacios
para la educación ambiental, promoción de proyectos productivos y el
aprovechamiento racional de los recursos naturales.
Una gravedad jurídica circunda en la política de la
biodiversidad que integra la multiplicidad de especies vegetales y animales que
viven en un espacio determinado, es decir, la acción de omitir, que si bien
dice la ley que si de su omisión resultare grave daño para la causa pública o
para un tercero, las penas serán de inhabilitación especial y la sentencia del
pago ejemplar de multas que se ameriten en contra de funcionarios insensibles.
El Doctor Miguel Arroyo Ramírez dijo que ante la crisis
ecológica que se registra en el cinturón ecológico del EDOMEX, las autoridades
siguen sentadas viendo cómo se terminan los bosques de Valle de Bravo, ubicados
a 156 km al suroeste de la Ciudad de México, toda vez que su fundación
hispánica data desde 1530 por frailes franciscanos. Recibe su nombre por San
Francisco del Valle y por el general don Nicolás Bravo. Fue nombrada ciudad
típica en 1971 y pueblo mágico en el 2005 que a nivel internacional se
distingue como una zona de alta oxigenación.
En su comentario público-político-jurídico que se trasmite
por el 107.9 FM, del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), reiteró que el
Estado de México es víctima de la delincuencia organizada revestida de “verde”,
misma que viene cometiendo sistemáticamente un desenfrenado ecocidio, aplicado
en el daño masivo o destrucción ambiental que, no solo se suma a la
contaminación ambiental y la tala ilegalmente inmoderada, sino de un implacable
insecto conocido como “gusano barrenador” que es de tal dimensión que viene a
poner en peligro hasta la supervivencia de los habitantes del Valle de Bravo.
Paulatina pero silenciosamente, “el gusano descortezador” ha
acabado con la densidad de árboles que integran la zona boscosa del Valle de
Bravo. “Nos sorprende mucho la inacción tanto de Probosque, como de la
Semarnat, instancias involucradas que aparentemente no han hecho absolutamente
nada al respecto, generalizándose en la protesta civil pacífica por la
impresionante serie de trámites burocráticos.
Lamentablemente, dijo, los pequeños propietarios de estos
bosques no pueden realizar acciones de saneamiento si no tienen una
autorización de las autoridades federales.
Sin embargo, detalló que en la región denominada Donato
Guerra, que se halla a 20 minutos de Valle de Bravo, registra tala inmoderada,
y pese a las denuncias que se han promovido ante las instancias
correspondientes; “el tráfico de madera es tan fuerte que a los traficantes
nadie les dice nada, a grado tal que este delito ecológico queda en la completa
impunidad”, expresó.
En este contexto, matizó que la región boscosa del Valle de
México se está terminando por tala montes quienes actúan con total
arbitrariedad por la inacción burocrática de las autoridades que deberían
proteger los bosques.
Hay otra región en Valle de Bravo que se llama Monte Alto
que es otra zona boscosa a la que se le consideraba como “una franja
boscosamente hermosa e inigualable”, que frente a tantos problemas, los
ecocidas ya se la están acabando cuando ese tipo de áreas deben de estar
rigurosamente protegidas.
De tal suerte que dos enemigos enfrenta el Valle de Bravo:
el gusano descortezador que es el enemigo natural número uno a vencer a través
de controles biológicos; y el segundo, el enemigo más peligro es el del ser
humano, que en aras del enriquecimiento ilícito, hasta organizaciones
criminales constituyen para sus efectos nocivos en contra de la sociedad.
De todo ello, dijo el doctor Miguel Arroyo Ramírez, “es una
verdadera pena”, reiterando su llamado al gobernador del Estado de México,
Alfredo del Mazo Maza, a salvar el pulmón ecológico que representa todas las
áreas boscosas, donde por cierto, integrantes de su gabinete, incluyendo a
funcionarios federales, tienen sus descansos en la región del Valle de Bravo
que hoy luce descuidada, llena de baches, con un ambiente deteriorado, ante la
impasividad de la autoridad.
Paradójicamente, asentó: “Parece mentira que no podamos
cuidar nuestras regiones boscosas, donde se mezcla la pobreza con la opulencia
ya que Valle de Bravo se distingue por una derrama económicamente insultante
para el cinturón de pobladores de escasos recursos”.
Es decir –señaló. Valle de Bravo se configura el lujo
residencial y el dispendio; hay grandes automóviles, hay grandes lanchas
costosísimas de dos millones de pesos o más, navegando en el prehispánico lago
sin que nadie se preocupe por la conservación de las zonas boscosas, que
además, son atacadas por aguas negras de infinidad de fraccionamientos que
desemboca en el cauce.
Conforme a una investigación periodística, en este contexto,
sobresale un fraccionamiento celebré que se llama La Peña, cuyos moradores
“ricachones”, habitualmente desahogan de forma alarmantemente neurálgico, aguas
negras al manto del acuífero y que gran parte del vital líquido se consume en
la Zona Metropolitana del Valle de México. (Con Información de Blas Buendia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar el Diario Digital Imprevistosnoticias.blogspot.com; te agradeceremos nos anexes tus numeros telefònicos y nombre para dar seguimiento puntual a tus propuiestas.
Atentamente
La Coordinaciòn General