por ALEJANDRO PÁEZ
Mientras la cúpula partidista
quiere incorporar la figura de candidato externo a la candidatura presidencial,
el grupo disidente quiere mantener el “candado” de 10 años de militancia
obligatoria
La batalla por la candidatura
presidencial del PRI en el 2018 tendrá su primer round esta semana durante su
XXII Asamblea Nacional, en la que dos fuertes grupos luchan para definir las
reglas del juego rumbo a la sucesión presidencial, con lo cual ese partido se
juega gran parte de su destino de cara a los comicios del próximo año, donde no
se descarta la posibilidad de una fractura.
Aunque no es lo único, pues el
artículo 166 de los estatutos del PRI donde se establece la obligatoriedad de
contar mínimo con 10 años de militancia probada para poder contender por la
candidatura presidencial del tricolor, es lo que se mantiene como uno de los
puntos de conflicto entre la llamada cúpula del partido y los grupos disidentes
o “rebeldes”, quienes buscan mantener ese “candado”, pero además obligar que el
abanderado tricolor cuente con el apoyo de, a través de una firma,
organizaciones y sectores .
Sin embargo, tampoco es el
único punto de quiebre, pues la cúpula priista busca impulsar que se incorpore
la figura de candidato externo a la candidatura presidencial, sin que se le
exijan los mismos requisitos que a un militante, con lo cual según el ala
disidente —entre los que se encuentran los exgobernadores Ivonne Ortega y
Ulises Ruiz— va con dedicatoria a algunos integrantes del gabinete, como los
secretarios de Hacienda y Educación, José Antonio Meade y Aurelio Nuño,
repectivamente, quienes no cumplen con los requisitos de militancia.
No obstante, en los últimos
días y tras una reunión con el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa,
algunos de ellos, como Ivonne Ortega, han aceptado la posibilidad de que se
modifique ese “candado”, pero condicionado a que la elección del abanderado
presidencial se realice mediante consulta a la base y no mediante “dedazo”.
Además, piden una reforma a
los estatutos del partido para que se establezca como requisito a la
candidatura presidencial que el aspirante ya haya ocupado un cargo de elección
popular.
Todo esto será motivo de una
discusión entre las dos posturas que miden fuerzas en esta asamblea, donde
Ochoa Reza es el rostro visible de uno, mientras que el otro es liderado por
los exgobernadores de Yucatán y Oaxaca, Ivonne Ortega y Ulises Ruiz,
respectivamente.
Los trabajos de la Asamblea
Nacional empezarán este 9 y 10 de agosto en cinco mesas temáticas que se
llevarán a cabo en los estados de Campeche (Estatutos), Coahuila (Declaración
de Principios), Estado de México (Programa de Acción), Jalisco (Visión de
Futuro) y Sinaloa (Ética y Rendición de Cuentas), donde se aprobarán o no, los
predictámenes y será el 12 de agosto cuando la plenaria que se realizará en la
ciudad de México apruebe o rechace los documentos.
Los temas prioritarios en
dicha asamblea serán ética, transparencia, rendición de cuentas por aquello de
combatir los actos de corrupción en sus filas que tanto daño le ha hecho al
PRI, pero sobre todo lo que sacará “chispas” serán las eventuales
modificaciones a la mecánica para elegir candidatos a los tres mil 447 cargos
de elección popular que estarán en juego en los comicios del 2018.
El dirigente nacional del PRI,
Enrique Ochoa Reza, aseguró que el partido está abierto a realizar cambios y
consideró que es posible que en la próxima Asamblea Nacional se elimine el
candado para que los simpatizantes del partido puedan aspirar a la candidatura
presidencial, con lo cual se deja abierta la posibilidad a Meade y Nuño.
En entrevista con MVS, Ochoa
Reza recordó que desde la pasada Asamblea Nacional se abrió el partido a los
candidatos externos, pero eso sólo hasta candidatos a gobernadores y no incluye
la postulación a la Presidencia de la República, por lo que ahora se revisará
la posibilidad de eliminar ese candado.
“Éste es un tema donde hay
muchas propuestas de distintas expresiones de la militancia para cambiarlo y
ajustarlo (...). Es posible (que se abra también para la candidatura
presidencial) y eso será una discusión propiamente en la Asamblea, dentro de la
mesa de estatutos”, explicó.
El senador Enrique Burgos,
quien encabeza la comisión redactora de los predictámenes que se llevarán a la
Asamblea Nacional, desestima la posibilidad de una fractura en las filas
priistas y consideró que el tricolor debe cambiar de acuerdo a sus
requerimientos y no lo que le dicten sus adversarios.
A su vez, la secretaria de
Atención a Estados en oposición del PRI, Diva Gastélum, quien forma parte de la
mesa de estatutos, aseveró que se hizo todo lo posible para que no se presenten
“actos indebidos” en dicha asamblea.
Aseveró que será el pleno de
la asamblea el que tendrá en sus manos lo que será la carta de navegación del
PRI rumbo a los comicios del 2018, donde se renovará la Presidencia de la
República.
“Es nuestra ruta de navegación,
claro que sí, porque de ahí se va a construir la plataforma con la que vamos a
presentarnos ante la sociedad en el 2018”, indicó.
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