CUERNAVACA, MORELOS. Es muy
posible que estemos llegando a la conclusión, sobre todo por el lenguaje
mordaz, injurioso y lleno de calificativos que usa la Arquidiócesis de México
en su semanario para comunicarse con sus fieles y demás llamado “Desde la fe”,
de que una es la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de México y otra muy
diferente la que desde el Vaticano encabeza el papa Francisco.
También es de aclararse, por
las manifestaciones que se han dado, que una es la Iglesia que comanda el
inefable cardenal arzobispo de México, Norberto Rivera Carrera y otra la que
representan otros jerarcas en las diferentes arquidiócesis que existen a lo
largo y ancho del país.
Analicemos la última perla del
semanario, que por cierto de fe, sólo tiene la mano férrea, los
pronunciamientos, vulgares, grotescos, ordinarios, bajos e insultantes, reflejo
de su mandamás en el purpurado capitalino, misma para censurar a la futura
primera Constitución Política de la Ciudad de México, por su “pecado” de ser la
más avanzada del país:
Al lanzarse una vez más contra el aborto, cuyo derecho a
las mujeres contempla la norma de la Ciudad, la calificó de bodrio y a los
diputados constituyentes de izquierda “de populistas, de desmesurados y
esquizofrénicos” por, según sus cerrados análisis, “otorgar derechos a los
animales y colocar por delante las decisiones de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación sobre el aborto”.
Es decir, también se lanza
contra el tribunal civil más alto de la Republica, sin tomar en cuenta el
antiguo axioma bíblico: lo que es de Dios es de Dios y lo que es del César es
del César, y obvio, se olvida de la ley juarista vigente de la separación
Iglesia-Estado, ahora diríamos con las reformas precisamente constitucionales,
Iglesias-Estado.
El editorial del semanario
Desde la fe, después de otorgarle el calificativo de “bodrio” a la futura
constitución de la Ciudad de México, ya que “por un lado quieren dar vía libre
al reconocimiento de derechos a los animales y defenderlos como seres
sintientes, con prerrogativas jurídicas, sujetos de consideraciones morales,
con un capítulo en la carta de derechos por tener dignidad inherentes, y, por
otro, no consagra el derecho a la vida de la persona”.
Y remata: “Si dicha
constitución no reconoce el derecho a la vida de la persona, no será auténtica,
sino injusta e inmoral”. Y desde ahora demanda de sus fieles la desobediencia
social, al afirmar “que nadie está obligado a seguirla, porque respetar la vida
es custodiar a la humanidad”.
No cabe la menor duda: una es una
y otra es otra, el único consuelo que les queda a los católicos capitalino es
que pronto Norberto, acusado reiteradamente de protector de sacerdotes
pederastas y de realizar algunos negocios ultra lucrativos, es que ya se va y
pronto por razones de edad.
EN EL ATICO: Continúan las
catástrofes de principio de año: Más de 60 muertos es el saldo de un motín
suscitado en la cárcel de Manaos, norte de Brasil, ocurrido entre la noche del
domingo y la madrugada del lunes de 2017.