Carlos
Ravelo Galindo, afirma:
Este
comentario podría servir de ejemplo para los dos mandatarios, que no saben, ni
pedir, ni dar. Y, si, en cambio llorar. Uno de dolor, el nuestro y el otro de
risa, el Werito.
No
cabe la menor duda de que
en
el saber pedir. Está el dar.
El siguiente es el mejor prototipo.
Llegan a un restaurante
un tipo finísimo con una bellísima mujer y un pingüino detrás.
El tipo de la puerta le pregunta: ¿Mesa para dos?
El mesero se queda sorprendido, pero les da la
mesa y ya sentados pregunta:
¿Señor, que desean para beber?
A mí tráeme una copa de Martell VSOP, un
Beaujolais para la dama y al pingüino diez litros de cerveza.
El mesero se queda desconcertado, pero lleva lo que piden. Terminan y se acerca el mesero ¿Señor, desea ordenar? Si, a mi me traes por favor un filete a la pimienta, a mi esposa un chateaubriand y al pingüino 20 langostas... Cuando terminan, el mesero regresa y les pregunta:
¿Algún postre?
Si, por favor, a mi me trae un pie de queso con fresas, a la señorita un flan y al pingüino 15 crepés. ¿Algo más? La cuenta, por favor. Señor son $250,000 más la propina. El hombre le paga con efectivo y deja una propina de $25,000 Ya salían cuando el mesero lo detiene:
Señor, disculpe que lo
moleste, pero todo mundo esta atónito, con lo del pingüino...
Bueno, déjeme explicarle: Hace un mes iba por la playa, y sin querer pateé una lámpara y resultó que era mágica, total que me sale el genio me dice, ''te voy a conceder 3 deseos, pero solo tres''
Como ves, primero le
pedí todo el dinero del mundo, así que para pagar una cuenta como esta, no
tengo ningún problema.
Mi segundo deseo, como
puedes ver fue tener a la mujer más, obediente, sumisa sexy, guapa y hermosa
de todo el mundo.
Si eso lo veo, pero,
¿Y el tercer deseo...?
Pues el tercer deseo fue que me diera un pájaro enorme, insaciable que siempre estuviera parado...
Y me dio a este pinche pingüino.
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