El
16 de mayo de 2017 Jalisco, todo, conmemora el natalicio de su escritor Juan
Rulfo. Cien años nada menos, nos recuerda el poeta y escritor Pablo Rubén
Villalobos Fernández. Y nosotros, los periodistas, también, reitera Raúl
Teodoro Rentería Villa, presidente de Fapermex, nuestro anfitrión.
Seguir en tránsito por la Sierra Madre
Occidental, para llegar a los pueblos que conocieron a Juan Rulfo, implica la
obligación de no desdeñar información alguna.
Y contemplar este paisaje secular
invita a la imaginación. Hoy verde como los ojos del escritor. Conocerlos como
en los cuentos en El Llano en Llamas lo dibujó, quien es ahora
personaje mundial, igual que sus coterráneo don Blas Galindo. Y José Mojica,
cantante. Fallecido en Lima Perú, luego de muchos años de impartir la fe
católica, como sacerdote.
En sus siete cuentos y ocho más que
después se le añadieron, sin mucha dificultad nos invita Juan Rulfo, a conocer
los vericuetos de tiempo atrás. Como si hoy fueran parte de la misma.
Conocido por sus escritos recibe en
1952 la primera de dos becas consecutivas que le otorga el Centro Mexicano de
escritores, fundado por la estadounidense
Margaret Shedd. Ella fue, nos
refieren, sin duda la persona
determinante para que Rulfo publicara en 1953 El Llano en Llamas, en donde,
repetimos, reúne siete cuentos ya
publicados en América e incorpora otros ocho, nuevos.
Pedro Páramo, la editan en 1955. De
esta novela se publican tres adelantos en 1954. Lo hace en las revistas Las
Letras Patrias. Universidad de México y Dintel.
En 1958 termina de escribir El Gallo de
Oro. Pero no se publica hasta 1980. Seis años antes de su muerte.
Mas adelante, en 2010, con correcciones
para eliminar errores e inconsistencias, previamente conocidas, aparece esta
breve obra.
Una a una recorremos las cuatro
poblaciones que se han unido, gracias a la perseverancia por evidenciar la
cultura que existe en ellas, en el “Recorrido Rulfiano”.
Cada Edil, Jorge Campos Aguilar, en Sayula.
César Augusto Rodríguez, en San Gabriel, José Guadalupe Fletes Araiza, en
Tuxcacuesco y Librado Vizcaíno Alvarez, en Tonaya, nos invitan a disfrutar sus
vinos, sus comidas tradicionales. Su música. Pero sobre todo su bonhomía. Con
un solo protocolo: hablarnos con la verdad y de tu a tu.
Y doña Irma Salamanca, junto con
Lupita, cuya hija es integrante de un grupo musical mariachi, nos invitan a un
recorrido literario del Llano en Llamas:
La casa de Juan Rulfo (La muerte de su padre)
“Este pueblo está lleno de ecos. Tal parece que estuvieran encerrados en el
hueco de las paredes o debajo de las piedras…
Casa de huéspedes (La casa de Eduviges
Dyada) “Buenas noches, me dijo. La seguí con la mirada. Le grité. Donde vive
doña Eduviges. Y ella señaló con el dedo. Allá, la casa que está junto al
puente. Me di cuenta que su voz estaba hecha de hebras humanas, que su boca
tenía dientes y una lengua que se trababa y destrababa al hablar. Y que sus
ojos eran como todos los ojos de la gente que vive sobre la tierra….
El Puente-Galápago (La expiación del
padre Rentería) “El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche
en que la dureza de su cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir. Fue
la noche en que murió Miguel Páramo….
La Sangre de Cristo (La muerte de
Susana San Juan) “Yo. Yo vi morir a Susanita. ¿Qué dices, Dorotea? Lo que te
acabo de decir. Al alba, la gente fue despertada por el repique de las
campanas. Era la mañana del ocho de diciembre. Una mañana gris. No fría, pero
gris….
La Loma (Donde volábamos papalotes) “El
agua que goteaba de las tejas hacía un agujero en la arena del patio. Sonaba
plas, plas y luego otra vez plas, en mitad de una hoja de laurel que daba vueltas
y rebotes metida en la hendidura de los ladrillos…
Puente Nuevo (Es que somos muy pobres)
“Apenas ayer cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos que
la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el
río. El río comenzó a crecer hace tres
noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido, y sin embargo, el
estruendo que traía el río me hizo despertar enseguida y pegué el brinco de la
cama con mi cobija en la mano…
El Santuario (Colegio de las Madres Josefinas)
“En este colegio fue inscrito el niño Juan Nepomuceno Pérez Vizcaíno y su
hermano mayor Severiano. Era un colegio católico al frente del cual se
encontraban madres venidas de Francia conocidas como “Madres de la Orden de las
Josefinas”. Sufrieron las consecuencias de las persecuciones anticlericales del
presidente Calles. Cerraron El Colegio y las madres fueron enviadas de regreso
a su patria…
Plaza de Armas (En la madrugada) “San
Gabriel sale de la niebla húmedo de rocío. Las nubes de la noche durmieron
sobre. Buscan el calor de la gente. Ahora está por salir el sol y la niebla se
levanta despacio, enrrolla su sábana y deja hebras blancas encima de los
tejados. Un vapor gris, apenas visible, sube de los árboles y de la tierra
mojada atraído por las Nubes, pero se desvanece enseguida…
Estos cuatro pueblos mágicos, en donde
aún sus habitantes, al anochecer, salen a sentarse afuera
de sus moradas, para recibir el fresco, y saludar a quien frente e ellos
pasa. En este caso, nosotros, son ejemplo de la concordancia, fraternidad que
como muestra, puede darse a la actual “civilización.
Cuatro alcaldes, de diferentes partidos
políticos, se olvidan de rivalidades y enfrentan, unidos, ante el beneplácito
de la gente, el reto de crear un recorrido cultural, que casi un centenar de
periodistas, reporteros, fotógrafos, escritores, de todo el país, que aglutina
la Federación de Asociaciones de periodistas de la República Mexicana y el Club
Primera Plana, conocimos
Esta modesta contribución periodística
recibió previamente en premio durante el desayuno y comida, manjares de la
región: la birria, el pepián, el bote (mezcla de diferentes carnes), los
tamales y las enchiladas. Las tostadas. Las garnachas. Y ya no recuerdo qué
más. Todo de primera.
Acompañadas del atole, el ponche, en la
mañana. Por la tarde el tequila, que aquí le llaman mezcal. La “Faustina”,
mezcla de diferentes vinos (un peligro para los que desconocen el valor del
trago, caen en sueño profundo y al no recordar que su esposa guardó su cartera,
gritan “al ladrón, al ladrón”)
Frutas, cajetas, ates, encurtidos
dulces. En fin, un paraíso gastronómico este rincón de Jalisco, encumbrado en
la Sierra Madre Occidental.
Gracias a ellos y a ellas, las bellas.
craveloygalindo@gmail.com