México, DF.- 1 de diciembre.-
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados
reveló que el ingreso corriente promedio de los hogares en 19 de las 32
entidades federativas se ubica por debajo de la media nacional, que es de 39
mil 914 pesos trimestrales.
Mencionó, asimismo, que 83.3
millones de mexicanos viven por debajo del promedio de ingreso nacional, siendo
Chiapas la entidad con el menor nivel.
Entre los componentes que
integran el ingreso corriente, el de trabajo remunerado es el más importante.
Sin embargo, en los dos deciles más bajos este tipo de incorporación oscila
entre el 34.6 y 48.7 por ciento; sin embargo, reciben una mayor proporción de
ingresos vía transferencias que el resto de los deciles.
De 2008 a 2014, la
distribución del ingreso en México ha mejorado aunque de manera insatisfactoria
respecto de lo esperado, según el índice de Gini, precisó el CEFP en el
documento “La Pobreza y el Gasto Social en México”.
Argumentó que la población con
menores recursos monetarios destina un mayor porcentaje de su ingreso a la
compra de alimentos (los primeros seis deciles destinan entre el 40 y 51 por
ciento), y presentan la mayor cantidad de carencias y son los más vulnerables
por ingresos.
Las entidades con mayor
incidencia de pobres moderados y extremos se concentran principalmente en la
región sur-sureste, siendo Chiapas, Guerrero, Puebla y Oaxaca los que tienen
los menores niveles del Índice de Desarrollo Humano y los más altos de
marginación.
El gasto en protección social
se ha incrementado en detrimento de la proporción de recursos que la función de
desarrollo social al gasto destina en salud y educación.
Mencionó que, a pesar de que
el gasto social se ha incrementado a lo largo de dos décadas, los resultados en
el combate a la pobreza han sido limitados, pues el número de mexicanos
considerados en situación de pobreza (extrema y moderada, según el CONEVAL)
pasó del 45.5 por ciento del total de la población en 2012, al 46.2 por ciento
en 2014.
De igual modo, el CEFP
puntualizó que, considerando el Índice de Marginación, existe, en general,
equidad en el manejo de los recursos destinados al Ramo 33; esto es, que se
dirigen mayores fondos a las entidades con mayor pobreza.
Además, fórmulas como Oportunidades,
Adultos Mayores, Programa Alimentario (PAL) y Empleo Temporal (PET) son
progresivos, lo que implica que se encuentran focalizados a beneficiar a los
deciles de menor ingreso.
Por el contrario, otros
programas como Subsidio a Gasolina y Jubilaciones y Pensiones son regresivos,
lo que significa que se encuentran focalizados a beneficiar a los deciles de
mayor ingreso.
En el documento, el Centro de
Estudios de las Finanzas Públicas relató que la política social en México se ha
enfocado en realizar acciones que buscan mejorar el nivel de calidad de vida de
las personas, sobretodo de los grupos en situación vulnerable, tales como la
población indígena, adultos mayores y niños.
La elaboración de las diversas
estrategias y programas para hacer frente a la desigualdad y pobreza han
tenido, a lo largo de la historia, distintos enfoques y alcances de acuerdo a
la orientación particular que cada administración pública le ha dado.
Indicó que, de acuerdo con el
Informe de Desarrollo 2014 del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), el Índice de Desarrollo Humano (IDH) para México en 2013 fue
de 0.756, ubicándose en la posición 71 de 156 países. Este resultado lo coloca
por arriba de la media regional en América Latina y el Caribe (0.740) y del
dato obtenido en 1990 (0.647), aunque con una evolución más modesta de lo
esperado.
Sin embargo, destacó que a
pesar de la mejora en diversos indicadores asociados a la medición de pobreza y
bienestar de la población como esperanza de vida, escolaridad y vivienda, entre
otras, la población considerada en situación de pobreza se ha incrementado.
Con base en información del
CONEVAL, la población en situación de pobreza representó el 45.5 por ciento de
la total en 2012 y el 46.2 por ciento en 2014; por ello, indicó, es necesario
realizar una revisión en la efectividad y eficacia de los programas dirigidos a
la atención y superación de la pobreza.
Subrayó que el gasto social
tuvo un mayor impulso entre 1993 y 2001; posteriormente, ha representado en promedio
cerca el 58 por ciento del total programable. En el Proyecto de Presupuesto de
Egresos de la Federación 2016, representa 61.8 por ciento respecto al gasto
total programable, pese a su reducción.
Además, si bien el gasto en
programas de desarrollo social ha aumentado nominalmente en todos sus rubros,
en proporción se observa que el gasto en protección social se ha ido
incrementando en detrimento en la proporción del gasto en salud y educación.
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