México ha otorgado asilo político a Evo Morales por razones
humanitarias tras su renuncia como presidente de Bolivia este domingo, fruto de
las protestas y las presiones de los militares. Así ha informado el canciller,
Marcelo Ebrard, quien explicó que el asilo se da después de que Morales haya
aceptado el ofrecimiento del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. México ha
pedido que se den garantías para que Morales pueda abandonar su país. Tras el
anuncio del ministro de Exteriores, un avión de las Fuerzas Armadas mexicanas
viajó anoche a Bolivia para trasladar a Evo Morales.
"Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido
por el desprendimiento del Gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo
para cuidar nuestra vida", tuiteó poco después el líder boliviano.
"Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré
pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía", añadió en la red
social poco antes de despegar hacia el país norteamericano. A las 19.45 (02.45
en la España peninsular), Ebrard confirmó que Morales estaba en el avión
militar mexicano.
Ebrard explicó que la decisión se da “en virtud de la
situación de urgencia que enfrenta en Bolivia, en donde la vida [de Evo
Morales] y su integridad corren riesgo”. El Gobierno de México, indicó el
canciller, se ha comunicado con la Cancillería boliviana para que, "bajo
el derecho internacional, proceda a otorgar el correspondiente salvoconducto y
las seguridades, así como garantías de que la vida, integridad personal y
libertad del señor Morales no serán puestas en peligro y que podrá ponerse en
seguridad”. Desde su renuncia, Morales se ha resguardado en el Chaparé, la zona
cocalera del centro del país, uno de sus principales bastiones, donde inició su
carrera como líder sindical.
En las gestiones para trasladar a Evo Morales a México
también participó el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quien
durante la presentación de un libro en Buenos Aires agradeció al mandatario
peruano, Martín Vizcarra, su colaboración, informa Federico Rivas: "Mi
gratitud al presidente de Perú, porque él habilitó el espacio aéreo peruano
para que pueda llegar un avión de México para buscar a Evo", dijo
Fernández. "Se movió diplomáticamente para facilitar la llegada de ese
avión. Aún estamos esperando que llegue y espero que llegue pronto. Gracias al
presidente Vizcarra. Perú es otro país que muchas veces abrió las puertas a los
necesitados y perseguidos de América Latina", añadió.
La decisión de México supone una sacudida del tablero
político de América Latina y el movimiento más determinante del Gobierno de
López Obrador respecto a la región desde que asumió el poder hace un año. El
anuncio de Ebrard llega poco después de que la Casa Blanca celebrase la
renuncia de Morales que, según dijo, enviaba un mensaje a los Gobiernos de
Venezuela y Nicaragua.
“Latinoamérica ha sido testigo en su historia de lamentables
y violentos acontecimientos en los que el orden constitucional se rompe y
autoridades democráticamente electas se ven obligadas a abandonar todo para
proteger su vida y su seguridad. En numerosas ocasiones, a iniciativa, o con la
participación de las Fuerzas Armadas, que tienen como encomienda principal
proteger el orden democrático”, ha recalcado Ebrard.
El canciller ha argumentado que México “se ha caracterizado
por su tradición en materia de protección a asilados a lo largo de su historia.
Se ha mostrado como un Estado incluyente y solidario cuyas puertas han estado
abiertas para quienes han tenido la necesidad de abandonar sus países por
persecución política y otras causas”. En este sentido, el jefe de la diplomacia
mexicana ha explicado que la decisión se basa en la Convención sobre Asilo de
La Habana de 1928 y la Convención sobre Asilo Diplomático firmada en Caracas en
1954. La legislación mexicana también reconoce el otorgamiento del asilo
político en su Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político
de 2011. "La tradición a la que me refiero también tiene como base el
artículo 15 de nuestra Constitución. Vale recordar que México ha sido tierra de
asilo para personas como Giuseppe Garibaldi, José Martí, Luis Buñuel, León
Felipe, Rigoberta Menchú y Víctor Raúl Haya de la Torre".
“El otorgamiento de asilo es un derecho soberano del Estado
mexicano que va acorde con sus principios normativos en política exterior para
proteger los derechos humanos y respetar la autodeterminación de los pueblos,
la solución pacífica de las controversias y la no intervención”, ha insistido
en su declaración Ebrard. “Esta decisión la hemos hecho ya del conocimiento de
la Organización de Estados Americanos, la haremos de la Organización de las
Naciones Unidas invocando, de acuerdo a los tratados y convenciones
internacionales, la protección internacional a la vida, la libertad y la
integridad de Evo Morales”, ha añadido.
Durante la rueda de prensa matutina de López Obrador, Ebrard
había acusado al Ejército boliviano de "violentar el orden
constitucional" al pedir este domingo la renuncia del presidente. El
Gobierno mexicano también ha criticado a la Organización de Estados Americanos
(OEA), que denunció irregularidades en las elecciones del 20 de octubre, por
guardar silencio ante las presiones de los militares y ha asegurado que pedirá
una reunión "de carácter urgente" del organismo para encontrar una
salida a la crisis política que atraviesa ese país. “Pedimos que la OEA fije
una postura cuanto antes. No al silencio", ha sentenciado el presidente,
Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia de prensa que ofrece cada
mañana. La respuesta de la OEA no tardó en llegar. A pocos minutos de terminar
la comparecencia del Ejecutivo mexicano, la organización americana emitió un
comunicado para rechazar "cualquier salida inconstitucional" a la
situación.
Después de que Evo Morales denunciase este domingo que había
una orden de detención contra él, México se posicionó rápidamente y ofreció
asilo al exmandatario. Ebrard no ha dudado en calificar de golpe lo sucedido en
Bolivia. La convocatoria de elecciones que realizó Morales la madrugada del
domingo fue, a juicio del canciller, un primer buen gesto que tenía por
objetivo "resolver los diferendos".
La salida del poder de Evo Morales ha sacudido a una región
en estallido permanente en el último año. Las formas, asfixiado por las
protestas populares y tras la presión de policías y militares, han hecho
aflorar los peores fantasmas de América Latina. No es de extrañar, pues, que
México haya calificado de golpe de Estado lo ocurrido en Bolivia, en la línea
de lo que manifestó el expresidente brasileño Lula da Silva y, después,
gobiernos autoritarios como el de Venezuela, donde Nicolás Maduro, ha salido a
defender a uno de sus socios. Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, se limitó a
ironizar sobre el asilo de Morales: "Tengo un buen país para él:
Cuba".
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