Justicia, un término que desde
el nacimiento de los grupos sociales en su actividad primigenia se ha escuchado
en el mundo y que, hasta la fecha, después de miles de años o vueltas alrededor
del sol, no logra aterrizarse ni con el pacto social que rige la vida de las
sociedades en su conjunto, porque con feminicidas paisanos de senador
mexiquense, muchos hablan de una involución.
¿Cuál es lo justo para la sociedad
actual? Porque los estudiosos del tema afirman que la justicia depende de los
valores de una sociedad y de lo que cree cada persona en lo individual, para
poder definir que es justo o no para ese conglomerado humano.
Justicia en mano propia
algunos lo ven como el último recurso ante la omisión de las instituciones para
procurarla y administrarla de tal manera que las infracciones a la norma
jurídica sean castigadas de acuerdo con la legislación vigente.
Pero los encargados de
cumplirla y hacerla cumplir dejan mucho que desear y los testimonios de muchas
víctimas a casi dos décadas de lo que va del siglo XXI así lo confirman.
Los que procuran la justicia a
través de las ahora Fiscalías, reflejo de las antiguas procuradurías, salen
desilusionados de la cantidad de trabas burocráticas, peticiones de dinero para
que inicien la investigación, desdén de los MP’s, apatía de los funcionarios y
lucro por su dolor, lo común y cotidiano en el país.
Pero si los que deben procurar
la justicia no sirven, los que la administran están peor, es la tesis de todos
los mexicanos, porque si logran que se investigue un delito, es difícil que se
castigue a los infractores, en un país donde sólo el 3% del 100% de las
denuncias proceden y de ello, solo un 10% son castigados. Es decir, nada.
Como que la definición de
justicia donde se juzga la verdad y se da a cada uno lo que le corresponde, no
cuadra con la realidad, donde los delincuentes están en las calles y oficinas y
los inocentes en las cárceles o encerrados en sus casas y negocios para evitar
ser víctimas de la delincuencia común y de cuello blanco.
Mientras el Poder Judicial sea
negocio de unas cuantas familias que se reparten los cargos y posiciones a
costa de la sociedad para mantener la impunidad de toda clase de delincuencia y
la propia, de tener a sus parientes no solo en ese poder sino también en el
Ejecutivo y Legislativo, como sucede ahora, la demanda de justicia y fin de los
abusos e impunidad en el país, seguirán siendo frases de las siguientes
campañas por la presidencia.
¿Se acabará el México de la
simulación? Con un Sistema Nacional Anticorrupción más de foto que para su
vigencia plena en nuestra sociedad. ¿Tendremos fiscales autónomos e
independientes para procurar justicia en el país?
¿Los cambios que demanda la
Nación se reflejarán en el Poder Judicial comandado por familias que han hecho
de la justicia su modus vivendi? Para que la administración de justicia sea
imparcial y expedita y no sujeta al mejor postor económico.
Los de Ayotzinapa y miles de
familias de desaparecidos, como de ejecutados en el país, demandan justicia,
¿la habrá en la próxima administración federal, homologada mágicamente por las
instancias estatales y municipales? Hay que cambiar todo.
SI EL NORTE FUERA EL SUR
El centralismo federal que
vivimos ha hecho que el sur sureste del país sea de las zonas olvidadas por los
gobernantes en turno, ya que las políticas de desarrollo se han impulsado sobre
todo del centro hacia el norte rumbo a la frontera gringa que utiliza nuestra
mano de obra barata para muchas actividades de un lado u otro de la línea
divisoria. De ahí el dicho de Arjona en una canción.
Como en la mayoría de las
entidades, donde las principales decisiones económicas y políticas se toman en
su capital o en su zona económica más avanzada, en México desde tiempos de la
colonia se toman en el centro del país.
Los que quieren ser alcaldes o
legisladores locales, además de tener cierto arraigo en su zona de influencia,
deben buscar esas posiciones en la capital de su estado, con los políticos que
toman las decisiones del partido en auge en la región.
Lo mismo pasa a nivel federal,
el centralismo propicia que desde la capital del país te des a conocer entre la
clase política dominante para que puedas ser candidato a gobernador, senador o
funcionario federal de un país con poder central, la historia de México así lo
revela y basta ver cuál fue la base para que los últimos cuatro presidentes
llegaran, donde comenzaron y de ahí para abajo.
El trópico húmedo, el sureste
mexicano, además de una corta independencia de Yucatán en un momento de la
historia, ha tenido gobiernos socialistas en la península, el laboratorio de la
Revolución, Tabasco, porque ahí se cumplían al pie de la letra los mandados
constitucionales de educación laica, gratuita y obligatoria bajo el lema:
“contra el dogma la educación racional”.
Chiapas, Oaxaca y Guerrero son
el sur del país olvidado por los gobiernos desde tiempos lejanos, pese a las
riquezas naturales que toda la región tiene y que han servido para amasar
fortuna a algunas familias que las han gobernado para su propio beneficio y de
grupos magisteriales que han lucrado con las necesidades de la población y
dejando a sus habitantes hasta sin educación.
Es necesario potenciar el
desarrollo del sur sureste para que las familias de la región de beneficien de
la riqueza del país, ya que durante años han aportado a través del petróleo del
subsuelo, recursos al país sin que la riqueza esa que había que saber
administrar como lo afirmó un director de Pemex, haya llegado a la población en
cuatro décadas. Estado petrolero, pueblo sin dinero.
Después de que Porfirio Diaz
mandaba a sus opositores y población en general a trabajar y morir en el Valle
de Nacional de Oaxaca, ahora la zona puede ser atravesada por un tren
transístmico para unir el Pacífico con el Golfo de México y detonar la región
donde alguna vez los gringos pensaron hacer un canal.
El Tren Maya y otras acciones
de política económica en el sureste podrían darles a las familias del trópico
húmedo y migrantes, oportunidades de desarrollo y bienestar negados hasta
ahora, eso también sería justicia para muchos. Es hora del sur para ser el
norte
FUERA SANDINISTAS
Hacia el sur de México es
necesario detonar el desarrollo económico para evitar migraciones masivas,
terminar con los sátrapas de Nicaragua y Venezuela que están, con sus políticas
de terror y represión, forzando a la migración masiva de familias ante el temor
de morir asesinadas o de hambre, en sus países de origen.
Daniel Ortega, el Díaz Ordaz
de Nicaragua, al crecer el descontento, al igual que hace 50 años el delito de
disolución social, convirtió en delito el derecho a la libertad de expresión,
reunión y manifestación de sus pobladores que no lo quieren.
Acusa de terrorista a todos
los que protestan por su dictadura, peor que la de Somoza que los sandinistas
tumbaron, solo que es la dictadura de la familia Ortega-Murillo, que con el
control de los tres poderes y los fácticos, se siente dueño de vida y
haciendas.
México, el hermano mayor de
América Latina, debe seguir siendo el ejemplo para nuestros vecinos del sur,
solo que no deben adoptar aquellas políticas y acciones que con el paso de la
historia hemos reprobado y que algunos toman para seguir aplastando la libertad
de los pueblos. Democracia y libertad deben vivirse.
Por una Nicaragua libre de
sandinistas asesinos, por una Venezuela democrática y una Cuba capaz de
desarrollarse plenamente con derechos económicos y políticos necesarios.
Comentarios a uliseshj@hotmail.com
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