El coordinador de los
senadores de Morena, Ricardo Monreal, rechazó que en el Senado se haya
utilizado “como moneda de cambio” la licencia para el senador Manuel Velasco
por cinco lugares en la Cámara de Diputados.
La licencia a Manuel Velasco
para dejar su escaño y poder regresar a gobernar a Chiapas fue sometida ayer al
pleno y en una primera votación fue rechazada, pero cinco horas más tarde fue
votada nuevamente y concedida con el aval de Morena, bancada que primero había
votado en contra y luego a favor.
Monreal reiteró que él no dio
línea a nadie.
Yo no tengo ninguna
comunicación con la Cámara y usted hace el análisis del acuerdo, yo no tuve
ningún acuerdo con nadie”, dijo este miércoles.
Monreal enfatizó que el Senado
es una Cámara plural, por lo que todos votaron con independencia.
Justificó que la licencia de
Velasco Coello le fue autorizada porque es su derecho como legislador.
Si yo mañana decido retirarme
del Senado no me puede impedir nadie que me retire, o a ocupar otro espacio
público, o a retirarme de la vida pública”, indicó.
El pueblo y las autoridades de
Chimalhuacán se dirigen muy respetuosamente a usted para hacer de su
conocimiento su preocupación por el destino que pueda correr un importante
proyecto de generación de empleos, espacios educativos y recreativos,
denominado Centro Estratégico de Recuperación Ambiental del Oriente (CERAO), y
solicitarle su respaldo para que este relevante proyecto, que ha llevado años
de gestiones y esfuerzos de los chimalhuacanos, continúe a paso más acelerado
con el apoyo del gobierno federal y rinda los beneficios sociales para los que
fue diseñado.
Nuestra preocupación se
origina de los siguientes hechos:
Primero. En el documento que
fue publicado el pasado 20 de agosto en el sitio web lopezobrador.org.mx y
comentado ampliamente por diversos medios de comunicación, en el apartado 8.
Impacto Urbano: (... ) se lee lo siguiente: “El Arq. Román Meyer (quien será el
próximo secretario de la Sedatu), señala que “... Será necesario además,
revisar los planes de desarrollo de cada municipio, y en el caso de propiedad
ejidal, información detallada sobre los conflictos; así como la revisión sobre
la donación inexplicable, que sería conveniente revisar, de 200 hectáreas en el
municipio de Chimalhuacán, en una ubicación estratégica, que vulnera al sistema
planeado de regulación hidráulica y pone en riesgo la seguridad de la zona
oriente.”
Segundo. En el mismo sitio
web, dentro de un listado de documentos alusivos a la obra del aeropuerto que
se construye actualmente en Texcoco, aparece otro, suscrito por José Luis Luege
Tamargo, director de la Conagua durante el sexenio de Felipe Calderón, en el
cual se afirma lo siguiente:
“3. Recuperación de las 200
hectáreas de los Tlateles donadas al municipio de Chimalhuacán
Se expuso con claridad que la
donación de 200 ha realizada en 2016 a líderes de Antorcha Campesina,
camuflados como organismos del municipio, además de ilegal, vulneraba el
sistema planeado de regulación y por lo tanto representa un riesgo a la
seguridad de toda la zona oriente”.
Es decir, en el reporte
firmado por el ingeniero Jiménez Espriú, futuro secretario de Comunicaciones y
Transportes del gobierno federal electo, y otras personas, así como en otros de
los documentos presentados a la opinión pública para que ésta norme su criterio
sobre construir o no el aeropuerto, aparece una imagen totalmente negativa e
inexacta de la naturaleza del proyecto del CERAO, que no forma parte del
proyecto del aeropuerto, sino que se construirá con el fin de resolver
problemas muy urgentes de las familias de Chimalhuacán, principalmente la
carencia de empleo; sin embargo, en los documentos mencionados se intenta
presentarlo como si fuera una operación fraudulenta, sin ningún beneficio
social y como un grave riesgo para el equilibrio hidráulico y la seguridad de
los habitantes de la zona. Estas afirmaciones son falsas, como pasamos a
demostrar a continuación.
1.-El CERAO, es una necesidad
social de cientos de miles de personas
Desde el año 2000 en que el
Ayuntamiento de Chimalhuacán empezó a trabajar para abatir el rezago en
infraestructura urbana en que se encontraba el municipio al que se le
consideraba el basurero más grande del país, y de que en materia de
infraestructura hemos avanzado mucho, el problema de la pobreza, la falta de
empleos y los bajos salarios siempre han estado en las preocupaciones de los
gobiernos municipales de continuidad de Chimalhuacán. Pero, como el problema
del empleo y de los salarios no los puede resolver un Ayuntamiento, desde el
año 2006 presentamos un proyecto destinado a resolver tan grave omisión, dado
que las instancias estatales y federales no se habían ocupado de ello.
Varios años antes de que se
planteara siquiera la posibilidad de instalar el Nuevo Aeropuerto Internacional
de México (NAIM) en terrenos de Texcoco, en el año 2006, iniciamos las
gestiones necesarias para que el gobierno federal nos cediera 800 hectáreas de
tierras infértiles, ubicadas en Chimalhuacán, a fin de instalar ahí el CERAO y
crear los miles de empleos que generen ingresos a las familias y eviten
desplazamientos agotadores y costosos hacia otros municipios donde laboran: el
60 por ciento de los chimalhuacanos en edad de trabajar sale de sus hogares
entre 4 y 5 de la mañana y regresa entre 10 u 11 de la noche, en detrimento de
su descanso y convivencia familiar, y el 30 por ciento de su exiguo salario se
le va en transporte y comidas fuera de sus casas.
El derecho al empleo de los
chimalhuacanos fue presentado desde el 2006 al entonces presidente Felipe
Calderón Hinojosa, época en que José Luis Luege Tamargo fue director de la
Comisión Nacional del Agua (Conagua), quien desde el primer momento se opuso a
él de una manera irracional y sectaria.
Posteriormente, en el 2007, el
ex presidente municipal de Chimalhuacán, Marco Antonio Lázaro Cano, presentó
dicho proyecto al entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto,
a quien le solicitó la cesión al municipio de 800 hectáreas de los terrenos
conocidos como el Moño o los Tlateles, a fin de instalar ahí el CERAO. El
licenciado Peña Nieto prometió realizar exhaustivos estudios para conocer el
impacto económico, social y ambiental del proyecto; es decir, para determinar
su viabilidad.
Nueve años después, tras
incesantes gestiones y movilización del pueblo de Chimalhuacán, el 21 de julio
de 2016, el Diario Oficial de la Federación publicó tres acuerdos relativos a
la donación a Chimalhuacán de 200 hectáreas de un terreno denominado el Moño o
los Tlateles, en las cuales se impulsarán tres importantes proyectos: 20
hectáreas las entregó al Gobierno del Estado de México para la edificación de
la Universidad Politécnica de Chimalhuacán; 30 hectáreas las otorgó al gobierno
municipal para la construcción de una Unidad Deportiva y, el resto, 150
hectáreas, las entregó a la Empresa Paramunicipal de Participación Mayoritaria
del Municipio de Chimalhuacán, “a efecto de realizar un proyecto de rescate
ambiental y desarrollo social, urbano y económico, denominado ‘Centro
Estratégico de Recuperación Ambiental del Oriente (CERAO)”. (Envila, Alejandro
(103:2018). Chimalhuacán: de ciudad perdida a municipio modelo. Editorial
Miguel Ángel Porrúa. 297 páginas.).
Como se puede observar, las
multicitadas 200 hectáreas fueron entregadas, de manera transparente y en
cumplimiento de la normatividad aplicable al caso, al gobierno municipal de
Chimalhuacán y al GEM.
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