Para la OCDE, México está
entre los países con el mayor número de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni
estudian ni trabajan (Ninis), además que mientras los países miembros del
organismo destinan un promedio de más de 10 mil dólares anuales para su
educación, nuestro país no rebasa los 3 mil 600 dólares de gasto por estudiante
al año.
Si tuvieran empleos generarían
194 mil millones de pesos al PIB anualmente, esto significa el 0.9%, lo cual se
considera entonces representa una pérdida para la economía mexicana por la
inactividad laboral de este sector de la población.
Existen muchas interrogantes
sobre cómo educarlos, como integrarlos al mundo laboral, cómo hacerlos
partícipes del desarrollo cultural y económico del país, cómo integrarlos a la
sociedad porque son el presente de México, más que el futuro que desde ahora
deben estar promoviendo.
Es este sector de la población
el que tiene que dejar la escuela, obtener el primer empleo, iniciar la vida
marital y tener el primer hijo durante los años de la adolescencia y la
juventud según sexo del joven y la escolaridad de la madre de acuerdo a las
estadísticas que combinan muchas variables al respecto.
De acuerdo a estudios
oficiales, una elevada proporción de jóvenes ve limitada, a edades tempranas,
sus oportunidades de bienestar como consecuencia de las características que
asume la transmisión intergeneracional del capital educativo y de las oportunidades
laborales; ello deriva sobre todo de las desigualdades socioeconómicas y de la
asignación cultural de los roles de género en nuestra sociedad.
Una gran parte de la población
de 15 a 24 años realiza alguna actividad económica, donde la relación laboral
predominante entre los jóvenes es el trabajo asalariado (empleados u obreros),
el cual concentra a 55.2 y 70.3 % de los hombres y las mujeres,
respectivamente. En el caso de los varones le sigue el trabajo como jornalero
(16.6), el trabajo sin pago (13.4) y por cuenta propia (11.2%). Por su parte,
15.2 por ciento de las mujeres que trabajan lo hacen sin pago y una de cada
diez por cuenta propia.
Los datos duros dan un
panorama de la vida de los jóvenes en la sociedad mexicana, donde muchas veces
lo que estudias no tiene relación con las necesidades laborales del país para
el logro del primer empleo, al que exigen llegues con experiencia. Las
universidades ligadas al sector productivo tampoco han sido eficientes para
ligar estudio con trabajo, porque la economía no crece al ritmo que demanda la
población económica.
Por ello la alta tasa de
jóvenes que no estudian ni trabajan dentro de la OCDE, apenas inferior a los de
España, Grecia, Italia y Turquía, de manera que se convierten en potenciales
miembros de la delincuencia organizada que ofrece trabajo fácil y dinero rápido
y abundante con relación a los salarios que obtienen.
HALCONES O
PROFESIONISTAS
Ser joven en México es
sinónimo de discriminación laboral; los mejores empleos son los negocios de
comida rápida extranjeros que conocemos, donde los salarios son menos que nada,
o los empleos temporales con irrisorios sueldos que promueve el gobierno federal,
el cual se ufana de la creación de ellos.
Los jóvenes de nuestro país
constituyen una fuente de riqueza invaluable, pero también de grandes desafíos,
señalan los especialistas, si participan en los cambios económicos, sociales y
culturales del país, para tomar sus propias responsabilidades y decisiones
incluso, en su vida reproductiva y en el combate de la desigualdad de género.
Ese es el discurso académico
ideal, porque la realidad es si vendes pizzas, ayudante de mecánico, de obrero
de la construcción, voceador, ambulante o algún otro empleo informal pero
legal, o tienes la posibilidad de ser contratado como “halcón” con un salario
garantizado de cuando menos 10 mil pesos mensuales, asistente de sicario, para
luego llegar a esa posición del sicariato y tus emolumentos van creciendo de
manera exponencial.
En México la educación es
obligatoria hasta el nivel medio superior, pero nadie garantiza su calidad y la
pertinencia económica que obtendremos con esos conocimientos si el crecimiento
de la economía deja mucho que desear.
De manera que necesitamos no
solo tener valores y los conocimientos profesionales necesarios para el
desarrollo de una profesión en el mundo laboral, sino que tengamos una economía
que crezca y que demande el trabajo de millones de jóvenes para su inserción
productiva, en trabajo conjunto con los trabajadores experimentados para
abrevar sus enseñanzas.
Para lograr un desarrollo con
justicia y equidad, México necesita de la participación plena de sus jóvenes, y
brindarles condiciones y oportunidades de vida que propicien el desarrollo
pleno de sus potencialidades en el presente para que sean los que proyecten un
mejor futuro económico para el país, para sus familias y generaciones y no
morir con la delincuencia o ser encarcelados.
Los jóvenes viven hoy empleos
precarios, embarazo adolescente creciente como en ninguna época, condiciones
laborales ínfimas y fueron de los que votaron por el cambio en México por lo
que esperan mucho de políticas que hagan realidad el lema de “Becarios si, Sicarios
no” en el nuevo gobierno.
Mejor educación, empleos
dignos y economía creciente son necesarios para hacer de México una Nación
boyante en el mundo.
NUEVO CONGRESO
Los legisladores que estaban
ya se fueron, algunos cambiaron de curul a escaño o viceversa, muchos ya no
están ni figuran entre los personajes que tendrán en sus manos los cambios que
el país necesita. En los próximos días los nuevos diputados y senadores estarán
registrándose para integrar la LXIV Legislatura federal y una veintena de congresos
locales con una nueva expectativa.
Pero como las fuerzas vivas
del régimen no esperaban el tsunami de Morena, ahora se aferran a la última
tablita para conservar sus privilegios de los que durante décadas gozaron con
los gobernantes que llegaban y que no cambiaban nada de lo que ofrecían hacer,
ni sacaron a las víboras prietas y tepocatas, sino que se mimetizaron junto a
ellas para simplemente simular un cambio.
Por eso vemos que antes de que
terminen los congresos locales, imponen a su fiscal carnal, aprueban lo
improbable por los que llegarán, cambian legislación para hacerla a modo,
blindan sus vetos de bolsillo para evitar la promulgación de nuevas leyes que
afecten sus intereses como gobernantes, utilizan a los tribunales para ganar lo
que no pudieron en las urnas y con ello tratar de minimizar los cambios que la
población demanda en México.
Pero ni los Del Mazo, Yunes y
demás podrán detener los cambios que se avecinan, ni los corifeos del viejo
régimen podrán con sus líneas pagadas, ni sus periodistas sicarios, esconder en
sus párrafos las demandas de la sociedad mexicana.
Misma que deberá cuidar que
sus representantes populares y los del pacto federal, cumplan con sus
responsabilidades con los mexicanos, evite el maiceo a que serán sometidos por
los representantes del régimen que aún está vivo y que deberá cambiarse
profunda y paulatinamente para tener un México nuevo.
Los pataleos legales del viejo
régimen se definirán en este mes, a partir de septiembre debe comenzar una
nueva etapa para devolverle la paz y la tranquilidad al país.
Comentarios a uliseshj@hotmail.com
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