Ricardo Alemán.
Dice que no roba, pero entre
sus leales y principales colaboradores están Claudia Sheinbaum, René Bejarano y
Marcelo Ebrard, quienes nunca explicaron el contexto de las pacas de dinero en
bolsas de súper, el costo fraudulento de los segundos pisos y el fraude de la
Línea Dorada del Metro.
Habla de "honestidad
valiente", pero hasta hoy nadie sabe de qué vive, cuánto dinero gasta,
cuántos impuestos paga, quién mantiene una campaña por años; nadie sabe de qué
viven los hijos y de dónde sale el costoso gasto de una prole que disfruta de
vivir en El castillo de la pureza.
Cuestiona el nepotismo de
políticos y servidores públicos, pero El castillo de la pureza es el reino del
nepotismo, manejado precisamente por Andy, el orgullo nepotista, además de que
toda la prole tiene hueso en la empresa familiar.
A la menor provocación dice
que sus adversarios son ambiciosos e inmorales, que solo buscan puestos, pero
nadie ha explicado las milagrosas contradicciones entre "un candidato
pobre y un partido rico", por un lado y, por otro, "un candidato
pobre con hijos ricos".
Pregona en plazas públicas que
no es un populista, pero todo su discurso y buena parte de su propuesta de
gobierno es una grosera copia populista; populismo para la educación, populismo
para la economía, populismo para la seguridad, para el campo.
Acusa al PAN y al PRD de haber
traicionado sus ideales y no tener principios -por aliarse a La mafia del
poder-, pero es dueño de El castillo de la pureza; la casa en donde perdonan y
purifican todas las traiciones, las deslealtades, las pillerías, los delitos,
los desfalcos, las peores trapacerías de los peores partidos y los peores
gobiernos y los más negros crímenes.
Para eso existe El castillo de
la pureza, para perdonar los peores pecados.
Y el perdón se consigue con un
sencillo acto de fe, a través de una red social, y punto. Y claro, el premio
por la traición y deslealtad va desde una alcaldía, una diputación local, una
senaduría, una diputación federal o la candidatura a un gobierno estatal.
Según el tamaño de la traición y del traidor,
es el premio en El castillo de la pureza.
Dice que es falso que pretenda
un gobierno populista y dictatorial, como el de Nicolás Maduro, como el de los
criminales hermanos Castro, en Cuba, o como el del inmoral Evo Morales, en
Bolivia, pero está rodeado de adoradores de Maduro, de los Castro, de las
dictaduras latinoamericanas y hasta del sátrapa dictador de Corea del Norte.
Niega que pretenda una
dictadura como la venezolana, pero "El camarada" Alberto Anaya es
adorador del dictador de Corea del Norte y de Nicolás Maduro; son adoradores de
la dictadura de Maduro, desde René Bejarano, pasando por Dolores Padierna,
Héctor Díaz Polanco, Gerardo Fernández Noroña y muchos otros.
Habla de pureza ideológica,
pero en El castillo de la pureza la mayor virtud es la promiscuidad entre ex
priistas, ex panistas, ex perredistas, ex narcos, ex funcionarios de gobiernos
de Calderón, de Fox, de Zedillo, de Salinas y, en especial, existe una
impensable pureza juarista.
Todos los arriba citados
duermen y amanece en la cama de la extrema derecha fascista, del Partido
Encuentro Social (PES).
JUARISMO A TODA PRUEBA.
¿Es para presumir esa pureza
ideológica? ¿Imaginan la tara ideológica de El castillo de la pureza, donde
cohabitan lo mismo Manuel Bartlett que Sergio Mayer; las congruentes Gabriela
Cuevas, Layda Sansores, Elba Esther Gordillo, su nieto, su yerno y toda la
parentela de pirruris, con Marcelo Ebrard, Cuauhtémoc Blanco, Lilly Téllez,
René Bejarano, el matrimonio Abarca, Juanito Ackerman, Esteban Moctezuma,
Dolores Padierna, Claudia Sheimbaun, Martí Batres, Alberto Anaya… y muchos
otros presuntamente vinculados con el narcotráfico y el crimen organizado.
¿Imaginan esa pureza
ideológica, luego de nocturnos aquelarres entre ideólogos de chile, mole y
pozole? Dice que es un compló y parte de la guerra sucia el supuesto vínculo
con la mafia política rusa, pero "su hombre" en Russia Today es
Juanito Ackerman, uno de los que padrotea El castillo de la pureza.
Presume que en un dos por tres
-tres años-, acabará con la guerra contra el crimen, pero El castillo de la
pureza está lleno de pillos confesos a los que él mismo ha perdonado.
Eso sin contar con el perdón y
el olvido que ha propuesto a criminales, matarifes y toda clase de alimañas que
hoy están en prisión y/o son perseguidos por la justicia.
Y dice que de El castillo de
la pureza saldrá a gobernar a los idiotas mexicanos, incapaces de darse un
gobierno de calidad.
Lo mejor para 2018, dice, es El castillo de la
pureza, en donde hay lugar para todos los pecadores.
¡Brillante clase política
mexicana…! Al tiempo.
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