México y muchos de los
mexicanos no aprehendemos nada de la historia, el imperio irracional que
comparte nuestra frontera norte de más de 3 mil kilómetros, históricamente
siempre nos ha agredido.
Cuando muy jóvenes, y en el
caso de nuestras generaciones, se decía que no ser comunista simplemente
habíamos perdido la oportunidad de soñar con un mundo mejor.
Después vino otra frase
hiriente, se afirmaba que pasados los 25 años si seguías militante en las
izquierdas vivías en el error.
Error, es en el presente, la
que comete una gran mayoría de mexicanos, muchos de ellos educados en las
universidades estadounidenses, que prefieren vivir en el placer cómodo que sus
fortunas pueden comprar en el gigante del norte.
He escuchado que da grima que
nada saben de nacionalismo y mucho menos de sentido de patria. A los países que
luchas por sus libertades y soberanía se les acusa de retrógrados
nacionalistas.
La situación de ahora, con un
magnate de presidente de Estados Unidos los descubre en toda su dimensión.
No sólo son nacionalistas,
sino ahora con Donald Trump, se descubren como chauvinistas, es decir comulgan
con el nacionalismo irracional y exacerbado.
Estas reflexiones nos nacen
ante las reacciones a los llamados a la unidad de los mexicanos.
Las respuestas, si las ponemos
en una balanza han sido contrarias al propósito que nos debería integrar ante
la amenaza de un desquiciado que se ha hecho del poder más grande de la época
que nos ha tocada vivir y enfrentar.
En esta situación tan grave y
delicada, no se trata de poderes y muchos menos de colores partidistas.
El magnate mexicano, Carlos
Slim, en conferencia de prensa, afirmó que le había emocionado la respuesta al
llamado a la unidad.
Es más la comparó, cuando los
capitalinos que superamos a la burocracia y nos unimos como nunca para
enfrentar los sismos del 85.
Ello no ha ocurrido, desde
luego no es tarde para reflexionar, la enseñanzas de la historia nos dan la
razón.
Nadie, en el momento preciso,
pensó que darle poder a Adolfo Hitler fuera el peor error de las historia.
En esos prolegómenos nos
encontramos, afrontémoslos con valor y con decisión. Solo en unidad podremos
superar estos momentos de amenazas insultantes. Demostremos, que por encima de
todo, nuestra nación es libre y soberana. La grima es sólo para los cobardes.