Resulta que en el primero de
esos “lineamientos”, López Obrador denuncia que “el Estado se encuentra
secuestrado por una minoría y que ésta es la causa principal del desastre
nacional”. A renglón seguido, el tabasqueño menciona que “lo primero que
debemos hacer es recuperar democráticamente al Estado”
.
Así, resulta que --atendiendo
a las acciones y no a las palabras de AMLO-- la primera promesa del proyecto de
nación del tabasqueño es irrealizable. Y es que ¿cómo piensa el señor López
gobernar democráticamente al Estado si no gestiona a Morena como una dictadura
con tintes de nepotismo?
AMLO controla a Morena a
placer, sin contrapeso alguno y utiliza su poder para colocar en las
estructuras del partido a sus familiares.
En el organigrama de Morena
aparecen dos de los hermanos y tres de los hijos de López Obrador.
El hijo mayor del tabasqueño,
José Ramón López Beltrán, fue designado el año pasado como Delegado Estatal de
Morena en el Estado de México. Su tarea consiste en coordinar los seis mil 459
comités seccionales de Morena en la entidad, rumbo a la elección presidencial
de 2018.
El segundo hijo de AMLO,
Andrés Manuel López Beltrán, es delegado de Morena en la Ciudad de México,
donde coordina a cinco mil 539 militantes del partido. Antes --en 2015-- fue
coordinador de la campaña de Morena en Guerrero, y en 2012, cuando Morena era
una asociación civil, ocupó el puesto de Consejero, con la tarea de conformar
los comités que a la postre le permitirían obtener el registro como partido
político.
El tercer hijo de AMLO,
Gonzalo López Beltrán, es comisionado de Morena en Tlaxcala, y ya trabaja para
preparar las elecciones de 2018.
Por otro lado, Pío Lorenzo y
José Ramiro López Obrador --hermanos de AMLO-- son Comisionados de Morena en
Chiapas. El primero fue uno de los fundadores del PRD y coordinó la campaña del
tabasqueño en Chiapas, mientras que el segundo fue dirigente estatal del Sol
Azteca en Tabasco y abandonó el partido en 2010 tras ser acusado de fraude
durante su gestión como alcalde de Macuspana.
El colmo del asunto es que el
Estatuto de Morena --en su artículo 3º, inciso f)-- prohíbe el nepotismo,
práctica que López Obrador encumbra al colocar a sus familiares en las
estructuras del partido.
¿Acaso no funciona Morena como
una dictadura? ¿No está secuestrado el partido por una minoría? ¿No se muerde
la lengua AMLO al prometer un gobierno democrático?