ENSENADA, BAJA CALIFORNIA.-
Para algunos tardíos, sin embargo llegaron los cambios, los más sustantivos de
lo que ha decidido el presidente, Enrique Peña Nieto: Luis Videgaray Caso,
hasta este miércoles secretario de Hacienda y Crédito Público, y la mayoría de
sus colaboradores.
El Jefe del Ejecutivo fue
especialmente amable en la despedida de un amigo que había colaborado con él
desde los tiempos de gobernador del Estado de México, lo decimos porque sin
duda era de los colaboradores cercanos a Los Pinos, el más cuestionado por
propios y extraños.
En los tiempos del llamado
partido hegemónico, existió una regla no escrita que siempre dio magníficos
resultados y que olvidaron cuando menos los tres últimos ocupantes de la
Residencia Oficial, la cual indicaba que al Presidente había que protegerlo,
inclusive a costa de los funcionarios más leales.
Enrique Peña Nieto, como debe
corresponder, acepta que la invitación al majadero, no merece más, Donald Trump
en su calidad de candidato presidencial republicano a la Casa Blanca, fue de su
responsabilidad.
Eso no quita, que todos lo
señalen como el fabricante de tal situación y de provocar un cisma al interior
del Gabinete Presidencial.
Llega, una vez más, como jefe
de las finanzas nacionales un funcionario bien calificado, José Antonio Meade
Kuribeña. Seguro que habrá cambios sustanciales en el manejo de los dineros del
pueblo.
Así lo esperamos, no sólo para
el bien de la administración que le quedan dos años y pico, sino para bien del
pueblo, sobre todo del más necesitado.
Si los cambios son para
asegurar al Partido Revolucionario Institucional, PRI, en la sucesión
presidencial, es su derecho, los importante es que hayan llegado para el bien
del país.