A pesar de no
tener experiencia alguna, sus posibilidades de triunfo serían amplias.
Al igual que en 2009 impuso a
Rafael Acosta, mejor conocido como Juanito, como candidato a delegado en
Iztapalapa —que por cierto ganó—, ahora Andrés Manuel López Obrador prepara a
su hijo Andy para el codiciado hueso.
En los pasillos capitalinos de
Morena, donde, por cierto, hay un gran descontento por las imposiciones de El
Peje, han escuchado al propio Andrés López Beltrán decir que su padre lo ve al
frente de la demarcación más grande de la capital.
El chaval no ha generado
precisamente el mejor de los ambientes entre los morenos, pues dicen que, sin
mayor mérito que ser un junior, lleva la voz cantante en el partido, al grado
de que el líder formal, Martí Batres, ha pasado a ser un cero a la izquierda.
Si López Obrador concreta la
candidatura de su hijo en Iztapalapa, en automático quedarán fuera los esposos
Aleida Alavez y Alejandro Ojeda, quienes llegaron a la ALDF y a San Lázaro por
el PRD, aunque a las primeras de cambio se pusieron morenos.
Ambos bejaranistas han estado
haciendo talacha para ser considerados en 2018 como aspirantes a la delegación
que hoy gobierna la perredista Dione Anguiano, a quien, por cierto, sus colegas
de partido ven como la mala porque los apaleó y les ganó todo.
Otro indicativo más de que su
junior va en serio, es que El Peje regresó a Clara Brugada a Iztapalapa, pues
al haber sido delegada sustituta de Juanito, será quien arme todo el tinglado
para el chamaco, sobre todo en la zona serrana.
La idea de que Andy vaya a
Iztapalapa no es mala, porque su padre estaría matando varios tiros de una sola
pedrada, además de protegerse en caso de que no sea Presidente y de que Morena
no gane la CDMX en 2018.
En primer lugar, porque
trataría de conservar la estirpe pejista con Andy, quien no ha logrado permear
entre la militancia morena y mucho menos entre la ciudadanía, que ni siquiera
lo conoce.
A pesar de no tener
experiencia alguna, sus posibilidades de triunfo serían amplias, toda vez que
el nombre de su viejo padre aún pesa en la ciudad y, sobre todo, por los rumbos
del oriente.
Con ello, Andrés Manuel
estaría asegurando el financiamiento a sus actividades políticas, pues hay que
recordar que Iztapalapa es la delegación más grande de la capital y la de mayor
presupuesto; es la joya de la corona.
Y como el Pejecito sería un
nuevo Juanito, pero completamente leal y dócil, su padre no tendría el menor
problema en acceder a los recursos y a la estructura delegacional para sus
esbirros en caso de un desastre.
De pilón sería el bautizo y
lanzamiento de la nueva joya pejista: el pequeño Andy.