Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Con todo respeto, aunque se enoje
alguien.
Inaudito que nadie crea en la
honestidad de un político. Don Andrés presentó su declaración de bienes. Y por
poquitos, los bienes, nadie lo cree.
Lo acusan hasta de tener tres mil
taxis. Pero nadie sabe dónde los guarda. Y quién se los maneja.
Que del segundo piso del periférico
que hizo, de San Antonio a San Jerónimo, el único sin cobrar por transitar por
él, se “clavó la lana”. Entonces, preguntó, con qué dinero se construyó.
Es insólito conocer a un funcionario honrado.
Pero nadie, en contrario, le comprueba algo turbio.
Si existieran datos concretos de algo
turbio no habría medio de comunicación, prensa, radio, televisión e internet,
que ya lo hubiera dado a conocer.
Mejor, luego de esta interferencia,
narremos otro cuento.
En un convento la Madre Superiora,
mientras se despereza, murmura:
'¡Qué noche más hermosa! Hoy no voy a molestar a las pobres
monjitas. Las voy a tratar bien’’.
Se levanta y comienza a recorrer las
habitaciones.
''Buen día, Sor Josefa, la veo muy
bien, y qué sweater más lindo el que teje.
''Gracias, Madre, usted también se ve
muy bien, pero parece que se ha bajado por el lado equivocado de la cama,
¿no?''
A la madre superiora no le gustó nada
el comentario final y continuó su camino.
En la siguiente habitación repitió:
''Buen día, Sor María, qué bien se le
ve hoy. Bonito está ese bordado''.
''Gracias, madrecita, usted también se ve bien, pero parece que se ha
bajado por el lado equivocado de la cama...''
La Superiora se mordió los labios.
Frunció el ceño y siguió al otro aposento. Pero todas las monjitas le
respondían lo mismo.
Así que cuando llegó a la quinta
monja ya estaba que trinaba. ''Buen
día, Sor Lucrecia, Dígame la verdad… ¿Me veo como si me hubiera bajado por el
lado equivocado de la cama?''
Si, madrecita.
''Pero ¿por qué todo el mundo piensa
eso?''
''¡¡¡Es que lleva puestas las
sandalias del Padre Ramón!!!''
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