Las autoridades mantienen en amarillo fase dos
la alerta sobre el volcán, cuyas erupciones son visibles desde la ciudad de Puebla,
situada a 40 kilómetros del cráter; Tlaxcala, a 54 kilómetros; Cuernavaca, a 65
kilómetros; y la Ciudad de México y sus nueve millones de habitantes,
localizados a 73 kilómetros del centro de actividad.
México, 18 abr (EFE).- Con 25 millones de
mexicanos que viven a menos de 100 kilómetros del cráter, el Popocatépetl es
uno de los volcanes más peligrosos y vigilados del mundo por el riesgo de una
actividad recurrente en los últimos 22 años.
El volcán registró un pico de actividad este
lunes al arrojar fragmentos incandescentes a 1.6 kilómetros de sus laderas y
una columna de ceniza de tres kilómetros de altura, que alcanzó el valle de
Puebla, en el centro del país.
La lluvia de ceniza, catalogada como la más
fuerte desde 1994, ha pintado de blanco la ciudad de Puebla y las poblaciones
de San Pedro Benito Juárez, San Nicolás de los Ranchos, Tianguismanalco, San
Martín Texmelucan y Huejotzingo.
Estas localidades están dentro del área de
riesgo de ceniza junto con otras como Xalilitzintla, Atlixco, Cholula,
Amecameca, Ozumba, Tetela del Volcán y Hueyapan, todo según los vientos que
prevalezcan durante las erupciones.
El radio de riesgo del volcán comprende
también ciudades como Cuernavaca y la capital mexicana y que según la magnitud
del evento volcánico, pueden llegar a alcanzar desde un milímetro hasta un
metro de espesor.
Las autoridades mantienen en amarillo fase dos
la alerta sobre el volcán, cuyas erupciones son visibles desde la ciudad de
Puebla, situada a 40 kilómetros del cráter; Tlaxcala, a 54 kilómetros;
Cuernavaca, a 65 kilómetros; y la Ciudad de México y sus nueve millones de
habitantes, localizados a 73 kilómetros del centro de actividad.
Santiago Xalitzintla es la población más
cercana a su cráter, a solo siete kilómetros, y los habitantes, que
literalmente viven bajo el volcán, se mantiene en una alerta constante para
desalojar en caso de ser necesario.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres
(CENAPRED), el Instituto de Geofísica y de Ingeniería de la UNAM, con el
soporte del Instituto Geológico de Estados Unidos, operan la red que observa la
actividad del gran coloso.
Cuatro cámaras de video apuntan las 24 horas
al cráter de “Don Goyo”, como lo llaman los pobladores, y transmiten en directo
por internet las imágenes y los eventos de erupciones de lava y las
exhalaciones de ceniza, que han llegado a superar los dos kilómetros de altura.
Una red de 15 estaciones mide desde sus
faldas, la más cercana está a 1.5 kilómetros del cráter, los tremores
volcánicos, (pequeños temblores originados por su actividad) y hace análisis
químicos y de concentraciones de los gases dióxido de azufre y dióxido de
carbono.
Una red de ordenadores operada por el CENAPRED
procesa los datos sobre el volcán y con ello, junto a las opiniones de un
comité técnico científico, se determina el nivel de alerta y las acciones a
seguir entre las poblaciones.
El Popocatépetl cambió su actividad estable
para comenzar una fase intensa a partir de diciembre de 1994 con emisiones de
lava y explosiones acompañadas de ceniza.
Su nombre significa “cerro que humea” en
lengua náhuatl y es el segundo más alto de México con 5 mil 452 metros sobre el
nivel del mar; un cráter de 900 metros de diámetro y 150 metros de profundidad,
según datos del CENAPRED.
La montaña más alta de México es el
Citlaltépetl con 5 mil 610 metros sobre el nivel del mar, en los linderos de
los estado de Puebla y Veracruz.
El Popocatépetl es uno de los dos volcanes
activos en México junto con el de Fuego o de Colima, que con 3 mil 940 metros
sobre el nivel del mar se localiza en el estado de Jalisco (noroeste) y también
tiene una red de vigilancia de 24 horas para prevenir su comportamiento.
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