No cabe duda que están dejando mucho que desear los partidos
políticos en México, sobre todo cuando nuestro sistema político descansa en
ellos, en la necesidad de contar con institutos políticos fuertes, honrados,
confiables y creíbles, pero sus actuales dirigencias no están a la altura de
las necesidades del país sumido en la violencia e inseguridad, gracias a las
malas actuaciones de gobernantes salidos de sus filas, que más que velar por
los intereses de la Nación, velan por los intereses de sus grupos.
Las figuras de la democracia directa, que promueva la
participación ciudadana en la toma de decisiones más allá del voto que mandata
a sus representantes para que lo hagan por ellos, son necesarias; porque estos
en la práctica no responden a sus representados, más allá de las acotaciones
que los mismos partidos hacen, para que el referéndum, la consulta popular y
algún día la revocación de mandato, sean un hecho en México.
Porque ahora, cuando conviene se convoca a que alguna de
ellas ya existentes, se realice, pero en la práctica es nugatorio el derecho de
los ciudadanos a participar en la toma de decisiones, como pasó ahora con la consulta
sobre la reforma energética.
Los actores políticos se van más a la confrontación política
que al debate de las ideas, propuestas y camino para lograr un México
competitivo en lo económico, con desarrollo social y político que permita
avanzar a mejores estadios que en verdad, como dicen, se refleje en los
bolsillos de las familias mexicanas.
Los tres grandes partidos, PRI, PAN y PRD, están dejando
mucho que desear. Van a la baja en la preferencia de los electores, al grado
que este último ahora anuncie alianzas con el partido del SNTE, el PANAL, para
hacer frente a la competencia en lugares donde inclusive tenían garantizado los
votos, por la presencia de un nuevo partido salido de sus filas, que les
restará sufragios.
El PAN con sus moches y su doble moral, enfrenta litigios
internos entre calderonistas y los seguidores de Madero que se despachan con la
cuchara grande, dejando fuera de las nominaciones a quienes han demostrado
trabajo legislativo, pero sus nexos con Calderón las pierden.
El Sol Azteca con su política talamantista, al fin que fue su
maestro en esas lides políticas junto con Graco Ramírez, cortan a su mejor
carta en Guerrero al negarse a realizar componendas con el gobernador
destituido, con lo que cierran la posibilidad de mantenerse en ese gobierno en
estos comicios.
Quienes siguen creciendo exponencialmente, son los
ecologistas aliados al gobierno y que recibirán del tricolor 58 candidaturas
uninominales en el país, son los que siguen teniendo un sinnúmero de propaganda
en transporte, sitios públicos diversos y demás, mayores que los tres grandes
partidos y cuyo resultado se reflejan en un crecimiento de 7 puntos
porcentuales en la preferencia electoral.
El PRI mueve sus piezas con cautela y revive el dedazo como
herramienta para evitar conflictos internos en la designación de candidatos
para que tenga listo a todos con la menor confrontación y, llegar al
aniversario del tricolor en unidad para que rindan la protesta al tiempo que
festejan un año más.
Mientras la derecha y la izquierda se pierden en pleitos
internos, el centro calcula menos daños y mejor provecho de sus rencillas para
estos comicios, donde es probable que veamos a muchos actores políticos de las
dos primeras corrientes, llegar a puestos de elección popular cobijados por el
verde en aquellos sitios donde el tricolor fue borrado o donde es conveniente
que en todo caso lleguen cobijados por su aliado para garantizar el triunfo.
El ex guerrillero René Arce y su amada compañera Ruth
Zavaleta, ambos ex chuchos, ¿los tendremos como candidatos ecologistas en el
Distrito Federal?
O acaso Julio César Bautista, el hermano incómodo del
secretario general del CEN del PRD, Héctor Bautista, ¿lo veremos disputándole a
la ADN, como candidato verde, uno de sus bastiones en el Estado de México?
Todo indica que el desánimo de la población por los gobiernos
de izquierda y de derecha que sustituyeron al principal partido del centro,
porque no rendía resultados a la población y terminaron igual que este, podría
notarse en una gran abstención, muchos votos anulados o bien, irse los
sufragios con los maestros o los ecologistas como último recurso. No hay más
opciones.
Sin duda que la existencia y ampliación de las figuras de
democracia directa son necesarias para mejorar el entorno político en México y
con ello, obligar a quienes mandatamos con nuestro voto, a cumplirle al país y
a quienes lo hacemos posible con nuestro trabajo cotidiano, o seguiremos camino
al despeñadero.
Pero lo más importante es lo que usted, amigo, amiga del
México Real opina.
uliseshj@outlook.com, @legislativo_tv, #legislativotv
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