CIUDAD
DE MEXICO.-Las bandas dedicadas a la trata de personas se han modernizado y
han hecho de las redes sociales como Facebook el mecanismo preferido para
reclutar víctimas a quienes se engaña con la ilusión de una relación, una falsa
oferta de trabajo, o la promesa de convertirlas en modelos famosas, advierte
Nelly Montealegre, fiscal especial para los Delitos de Violencia contra las
Mujeres y Trata de Personas de la Procuraduría General de la República.
De las 274 víctimas atendidas desde 2012 a la fecha, 87 tienen menos de 18 años, y todas fueron ubicadas en redes sociales, destaca.
En entrevista, Montealegre expone un dato “preocupante”: no pasan más de dos semanas entre el primer contacto con la víctima y el momento en que son “enganchadas”.
Los tratantes, agrega, estudian a sus víctimas por la información que suben a sus redes. “Principalmente se trata de adolescentes que tienen muchos problemas de comunicación con los padres, pero también la tecnología ha tenido que ver en ello, ya que ignoran quiénes son sus amigos o sus contactos”.
Reconoce que han atendido casos graves, como el de una víctima de 10 años de edad. “Su mayor temor ahora es acercarse a una computadora, le da miedo verse ahí. Imagine una niña que no pueda tener acceso a una computadora, y que tiene que ocuparla para la escuela, para todos los escenarios de su vida”.
Los varones no están exentos, revela. “El año pasado contactaron y contrataron a dos adolescentes de 14 y 15 años para irse a trabajar a Sinaloa como sicarios”. Eran del Estado de México, pero las autoridades lograron interceptarlos en Jalisco.
De las 274 víctimas atendidas desde 2012 a la fecha, 87 tienen menos de 18 años, y todas fueron ubicadas en redes sociales, destaca.
En entrevista, Montealegre expone un dato “preocupante”: no pasan más de dos semanas entre el primer contacto con la víctima y el momento en que son “enganchadas”.
Los tratantes, agrega, estudian a sus víctimas por la información que suben a sus redes. “Principalmente se trata de adolescentes que tienen muchos problemas de comunicación con los padres, pero también la tecnología ha tenido que ver en ello, ya que ignoran quiénes son sus amigos o sus contactos”.
Reconoce que han atendido casos graves, como el de una víctima de 10 años de edad. “Su mayor temor ahora es acercarse a una computadora, le da miedo verse ahí. Imagine una niña que no pueda tener acceso a una computadora, y que tiene que ocuparla para la escuela, para todos los escenarios de su vida”.
Los varones no están exentos, revela. “El año pasado contactaron y contrataron a dos adolescentes de 14 y 15 años para irse a trabajar a Sinaloa como sicarios”. Eran del Estado de México, pero las autoridades lograron interceptarlos en Jalisco.
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