Sarah Bush,
Universidad de Utah./
Las feromonas de los ratones machos son
irresistibles para las hembras, pero invierten en ellas tanto como diez pavos
reales machos en sus colas emplumadas
Un ratón macho La herencia
materna es poderosa, más allá de los genes.
Lo que haga mamá con su vida puede afectar de
forma muy significativa a la siguiente generación. Si la madre ha vivido en un
entorno promiscuo, sus hijos serán sexualmente más atractivos y tendrán más
oportunidades de mantener relaciones, pero pagarán su éxito amoroso con una
vida más corta. Morirán jóvenes. Este breve relato no está sacado de la
biografía barata de una estrella del rock, sino de un estudio con ratones
realizado por biólogos de la Universidad de Utah (EE.UU). El motivo es que
estos vástagos machos producen más feromonas, un aroma irresistible para las
hembras -al estilo del desodorante para hombres de algún exagerado anuncio-
pero al hacerlo gastan mucha energía y eso acorta sus vidas. La investigación
pone de manifiesto la importancia de la epigenética, cómo el ambiente en el que
viven los padres puede influir en los genes de sus hijos.
«Si los hijos son muy sexys y
se aparean más que otros, eso ayuda a que sus genes pasen de manera más
eficiente a la próxima generación», explica el profesor de biología Wayne
Potts, autor principal del nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings
de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS). «Solo recientemente hemos comenzado
a comprender que las condiciones ambientales que experimentan los padres pueden
influir en las características de su descendencia. Este estudio es uno de los
primeros en mostrar cómo este tipo de proceso epigenético trabaja de manera que
aumenta el éxito de apareamiento de los hijos».
En el experimento, los ratones
machos cuyas madres compitieron libremente por sus parejas en un ambiente
promiscuo -en recintos de laboratorio seminaturales donde los animales pueden
ser controlados pero al mismo tiempo pueden relacionarse unos con otros sin
problemas-, producen un 31% más de las principales proteínas urinarias o
feromonas para la atracción sexual que los hijos de madres monógamas.
Sin embargo, los ratones
machos que producen más feromonas tienen esperanzas de vida más cortas, según
otro estudio reciente realizado por los mismos autores. Solo el 48% vivió hasta
el final del experimento, en comparación con 80% de los ratones machos cuyos
padres habían vivido en monogamia en jaulas. Según los autores, esto
probablemente ocurre porque se necesita mucha energía para producir estas
feromonas secretadas en la orina y por ciertas glándulas.
La energía de diez pavos
reales
«La producción de feromonas es
extremadamente cara», apunta Potts. «La inversión de un solo ratón en la
producción de feromonas se compara con la inversión que 10 pavos machos hacen
en la producción de sus colas emplumadas, que también utilizan para atraer a
las hembras».
Pero las ratonas prefieren las
marcas olfativas saturadas de feromonas producidas en la orina del ratón, y se
aparean con más frecuencia con machos que producen esos olores. Esos machos
tendrán alrededor de un tercio más de descendencia que los hijos de padres
monógamos.
El nuevo estudio muestra que
la salud de un ratón, la vida útil y la capacidad para atraer a su pareja no
solo dependen de los genes de sus padres, sino también de la epigenética, es
decir, la forma en que el ambiente de los progenitores modifica los genes de su
descendencia. «Las feromonas son el lenguaje de los ratones», dice el principal
autor del estudio, Adam C. Nelson. «Cuando las hembras se aparean en un entorno
socialmente competitivo, programan a sus hijos para que tengan una ventaja al
producir más feromonas».
Los hallazgos podrían ayudar a
los programas de cría de especies en peligro de extinción. Una forma más
natural de confinar a los animales puede aumentar su capacidad de reproducirse
cuando posteriormente sean puestos en libertad en la naturaleza.
PADRES HAMBRIENTOS, HIJOS OBESOS
una hambruna que afecta a los
padres deja a sus hijos con una mayor propensión a almacenar calorías, un rasgo
que es bueno durante la hambruna pero que puede conducir a la obesidad cuando
la comida es abundante. En cuanto a los seres humanos, ¿puede ocurrir algo
parecido? Los impactos de los entornos sociales en la producción de feromonas
humanas no han sido estudiados. «Los investigadores solo han empezado a rascar
la superficie para descubrir rasgos que se ven influidos por la experiencia
parental. Es difícil predecir cuáles y cuántos rasgos estarán involucrados».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar el Diario Digital Imprevistosnoticias.blogspot.com; te agradeceremos nos anexes tus numeros telefònicos y nombre para dar seguimiento puntual a tus propuiestas.
Atentamente
La Coordinaciòn General