Luego de que el año pasado Jesús Zambrano, en su calidad de presidente del PRD, firmara un pacto para impulsar las iniciativas del gobierno federal, a fin de fortalecer la economía y el desarrollo del país, el profesor de las ligas y su tribu desaprobaron a su líder y amenazaron incluso con destituirlo.
Sus reclamos no pasaron de bravatas, pues todo mundo —incluyendo al nuevo jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera— apoyó esta iniciativa y Bejarano se fue quedando solo al interior del partido, entrampado en sus propias declaraciones.
Y no es que el profesor del maletín negro estuviera en contra del Pacto, sino que sus enemigos eternos, Los Chuchos, se le adelantaron en la interlocución con el nuevo gobierno federal y lo dejaron a mitad del camino.
Desde el año pasado el líder de la IDN buscaba sumarse al diálogo sin que al exterior quedara como un vil hablantín; había que tener de nuevo una salida digna y retomar el protagonismo hacia el interior de su corriente.
La salida será la firma de un acuerdo de reconciliación entre las tribus perredistas, para que en unidad se sumen al Pacto por México y todos contentos, pero en realidad lo que busca Bejarano es arrebatar a Los Chuchos la interlocución con Peña Nieto para verse más fuerte de lo que en realidad es.
Una prueba de que dobló las manos con el gobierno priista son las reuniones que su esposa, Dolores Padierna, ha tenido con hombres claves del Presidente de México, como el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para cabildear iniciativas del gobierno.
A la senadora no le importa reunirse con el gobierno, al que llamó “perverso y corrupto”, que según ella robó de nuevo la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador, con tal de tener interlocución directa.
Bejarano nunca aceptó que Los Chuchos le hayan comido el mandado para ser el enlace con el nuevo gobierno y quiere apoderarse del teléfono rojo, tal como lo hizo en San Lázaro con Manlio Fabio Beltrones, pero esta vez no lo dejarán pasar.
CENTAVITOS… Por cierto, dicen que si Manlio Fabio cumple su promesa a los priistas del DF, durante el siguiente periodo ordinario de sesiones en San Lázaro promoverá las reformas necesarias al Estatuto de Gobierno del DF, a fin de hacer obligatoria la rotación de la presidencia de la Comisión de Gobierno en la Asamblea Legislativa. Que a nadie en el tricolor le gusta que los perredistas tengan de por vida esa posición, utilizando a sus partidos satélites para lograr una mayoría ficticia que les da el control absoluto de los recursos y la operación legislativa en la ciudad. Y es que los mil 400 millones de pesos que cada año manejan a su antojo los chicos del perredista Manuel Granados, sin darle cuenta a nadie, no son nada despreciables. La última vez que se dio esa rotación fue en el periodo 2000-2003, cuando la diputada María de los Ángeles Moreno presidió por el PRI el segundo año legislativo y la panista Patricia Garduño el tercero… Cada vez son más fuertes los comentarios en el sentido de que el priista Manuel Giménez Guzmán, maestro de la Logia Masónica y quien ha sido presidente del PRI capitalino y líder de la ALDF, esté muy cerca a la Jefatura de Gobierno del DF. Parece que la relación se ha venido estrechando aun más debido a la relación de consuegros que Giménez Guzmán ha entablado con uno de los hombres más cercanos a Mancera, pues sus hijos andan de novios desde hace rato y, quieran que no, eso influye en un mejor trato.
Sus reclamos no pasaron de bravatas, pues todo mundo —incluyendo al nuevo jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera— apoyó esta iniciativa y Bejarano se fue quedando solo al interior del partido, entrampado en sus propias declaraciones.
Y no es que el profesor del maletín negro estuviera en contra del Pacto, sino que sus enemigos eternos, Los Chuchos, se le adelantaron en la interlocución con el nuevo gobierno federal y lo dejaron a mitad del camino.
Desde el año pasado el líder de la IDN buscaba sumarse al diálogo sin que al exterior quedara como un vil hablantín; había que tener de nuevo una salida digna y retomar el protagonismo hacia el interior de su corriente.
La salida será la firma de un acuerdo de reconciliación entre las tribus perredistas, para que en unidad se sumen al Pacto por México y todos contentos, pero en realidad lo que busca Bejarano es arrebatar a Los Chuchos la interlocución con Peña Nieto para verse más fuerte de lo que en realidad es.
Una prueba de que dobló las manos con el gobierno priista son las reuniones que su esposa, Dolores Padierna, ha tenido con hombres claves del Presidente de México, como el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, para cabildear iniciativas del gobierno.
A la senadora no le importa reunirse con el gobierno, al que llamó “perverso y corrupto”, que según ella robó de nuevo la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador, con tal de tener interlocución directa.
Bejarano nunca aceptó que Los Chuchos le hayan comido el mandado para ser el enlace con el nuevo gobierno y quiere apoderarse del teléfono rojo, tal como lo hizo en San Lázaro con Manlio Fabio Beltrones, pero esta vez no lo dejarán pasar.
CENTAVITOS… Por cierto, dicen que si Manlio Fabio cumple su promesa a los priistas del DF, durante el siguiente periodo ordinario de sesiones en San Lázaro promoverá las reformas necesarias al Estatuto de Gobierno del DF, a fin de hacer obligatoria la rotación de la presidencia de la Comisión de Gobierno en la Asamblea Legislativa. Que a nadie en el tricolor le gusta que los perredistas tengan de por vida esa posición, utilizando a sus partidos satélites para lograr una mayoría ficticia que les da el control absoluto de los recursos y la operación legislativa en la ciudad. Y es que los mil 400 millones de pesos que cada año manejan a su antojo los chicos del perredista Manuel Granados, sin darle cuenta a nadie, no son nada despreciables. La última vez que se dio esa rotación fue en el periodo 2000-2003, cuando la diputada María de los Ángeles Moreno presidió por el PRI el segundo año legislativo y la panista Patricia Garduño el tercero… Cada vez son más fuertes los comentarios en el sentido de que el priista Manuel Giménez Guzmán, maestro de la Logia Masónica y quien ha sido presidente del PRI capitalino y líder de la ALDF, esté muy cerca a la Jefatura de Gobierno del DF. Parece que la relación se ha venido estrechando aun más debido a la relación de consuegros que Giménez Guzmán ha entablado con uno de los hombres más cercanos a Mancera, pues sus hijos andan de novios desde hace rato y, quieran que no, eso influye en un mejor trato.
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